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jueves, 5 de mayo de 2016

Unidad 7. Causas de la Segunda Guerra Mundial.

SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Causas de la Segunda Guerra Mundial

La Segunda Guerra Mundial comenzó en 1939 y duró seis largos años.

La mayoría de las potencias principales de Europa se vieron implicadas en la contienda, las batallas se desarrollaron a lo largo y ancho del planeta, y más de 45 millones de personas perdieron la vida en lo que terminó siendo el conflicto bélico más devastador de toda la historia. 

¿Cuáles fueron las causas de la Segunda Guerra Mundial?

La Primera Guerra Mundial
Tras el fin de la Primera Guerra Mundial, muchas de las disputas que la habían originado aún seguían sin resolver. Tras la rendición alemana, el pueblo alemán sintió un gran resentimiento debido al hecho de que otros países estaban interfiriendo excesivamente en la reestructuración de la Alemania de posguerra.
Los ganadores trataron con desdén al país derrotado y ni tan siquiera le invitaron a tener voz (mucho menos voto) en los tratados de paz que se implementaron tras la contienda. El conocido Tratado de Versalles abordaba específicamente el futuro de Alemania sin tener en cuenta en absoluto a los propios alemanes.
El resultado fue que toda una nación se sintió ultrajada y humillada: el caldo de cultivo perfecto que sería hábilmente explotado después por políticos como Adolf Hitler.
Hitler se erigió como adalid de una justa venganza contra los países que habían derrotado a Alemania en 1918. Su deseo de poder quedaba justificado so pretexto de querer librarse del gobierno que había capitulado en la Primera Guerra Mundial y con la promesa irresistible de sustituirlo por otro merecedor de la gloria de una nueva Alemania: el NSDAP o Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, comúnmente conocido como Partido Nazi.
Cabe por tanto afirmar que la propia Primera Guerra Mundial fue la causa primaria de la Segunda Guerra Mundial, al ser el primer elemento desestabilizador de toda una cadena de acontecimientos que conducirían al estallido de la guerra en 1939.

El Tratado de Versalles

Otra de las causas de la Segunda Guerra Mundial fue el Tratado de Versalles, ya que enfadó sobremanera al pueblo alemán por multitud de razones. El primer motivo fue que se trataba de un tratado impuesto por potencias extranjeras dejando al margen a Alemania (los alemanes lo conocían como “el dictado de Versalles” (Versailler Diktat).
Mapamundi de la Primera Guerra Mundial. En verde, Naciones de la Entente / Aliados, en naranja las Naciones Centrales y en gris las que se mantuvieron neutrales. 

Las condiciones de dicho tratado eran tan estrictas que las propias naciones que lo habían impuesto se dieron cuenta de ello. Cuando Hitler comenzó a incumplir las cláusulas años después de su firma, el resto de potencias se mostró reticente a reaccionar enérgicamente: muchos fueron entonces los que consideraron que era una manera tácita de decirle a Adolf Hitler que tolerarían cierta flexibilidad en aras de normalizar la diplomacia tras la Gran Guerra.
Portada del Tratado de Versalles (versión en inglés).

Lo cierto es que el Tratado de Versalles no solucionaba ningún problema, es más, creaba otros nuevos entre países que ya recelaban de por sí los unos de los otros y que aún luchaban por recuperarse de la masacre de la reciente contienda.
Uno de los puntos más polémicos del tratado quedaba recogido en una cláusula por la cual la región alemana de Renania (fronteriza con Francia y Bélgica) se convertiría en una zona desmilitarizada.
Asimismo, se le exigía a Alemania proceder al desarme, como paso primero hacia un desarme mundial (desarme que fue acogido con poco entusiasmo por parte de los vencedores de la Primera Guerra Mundial).
Por consiguiente, Alemania se quedaría técnicamente indefensa ante cualquier futuro intento de invasión francés, hecho que sucedió en 1923 cuando Alemania fue incapaz de pagarle a Francia las reparaciones de guerra de aquel año.
El pago forzoso de reparaciones, en la práctica multas por los daños causados por Alemania entre 1914 y 1918, fue posiblemente la medida más impopular del Tratado de Versalles. Tras el fin de la Gran Guerra, la destrucción había alcanzado cotas jamás antes conocidas por la humanidad, especialmente en Francia.
El tratado establecía que Alemania tenía que compensar al país galo con el pago de sumas regulares. Lo que el documento obviaba es que la guerra había dañado en igual medida a la economía germana y sencillamente era imposible para esta última satisfacer las cantidades demandadas. La solución alemana a este problema de insolvencia fue bastante cuestionable e ineficaz: imprimir más dinero.
¿El efecto? Una hiperinflación (inflación desbocada). El marco alemán se devaluó hasta tal punto que la economía estuvo al borde del colapso total. El Plan Dawes terminaría resolviendo parcialmente el problema de las reparaciones y Alemania pudo volver a pagar sus plazos a Francia.

El Plan Dawes
El Plan Dawes fue creado para que Alemania pudiera costear sus reparaciones de guerra, así como para resolver varios problemas financieros de una economía mundial que cada vez estaba más interconectada. Hay que tener en cuenta que Estados Unidos le prestaba dinero a Alemania y Alemania lo empleaba para pagarle a Francia las reparaciones, Francia a su vez usaba ese dinero para pagar la deuda que tenía contraída con Gran Bretaña y Gran Bretaña usaba ese dinero para pagarle a Estados Unidos el dinero que le debía.
El Plan Dawes parecía por tanto la solución ideal para todos y los países comenzaron a llevarse algo mejor entre sí. No obstante, había un punto débil en todo el planteamiento: si algo iba mal y uno de los países no le pagaba al otro, el conflicto era inevitable y la situación económica y social podía empeorar aún más (esto sucedió en 1929 con el estallido de la Gran Depresión, como veremos a continuación).

La Gran Depresión
Sin duda, una de las causas de la Segunda Guerra Mundial. El hundimiento de las cotizaciones bursátiles en Estados Unidos causó un tsunami financiero de magnitudes desconocidas hasta la fecha. Estados Unidos no pudo seguir prestándole dinero a Alemania para que pudiera abonarle a Francia las reparaciones y llegó incluso a exigirle el pago adelantado de la deuda contraída hasta la fecha.
El resultado es que Estados Unidos se replegó sobre sí con el fin de recuperar su propia economía y de evitar terminar metido en otro gran (y caro) conflicto europeo. Los países a lo largo y ancho del planeta comenzaron a verse en serios apuros económicos.
Largas colas tras el pánico bancario del crack de 1929.
El desempleo era rampante en todas las naciones y los gobernantes creían que la creación de grandes ejércitos podía mitigar el problema. La crisis financiera internacional fue por consiguiente uno de los factores desencadenantes de la Segunda Guerra Mundial, al darle a Alemania la excusa perfecta para romper el Tratado de Versalles y crear unas fuerzas armadas más grandes en su propio territorio.
La invasión japonesa de Manchuria
La crisis económica del 1929 también afectó a Japón: el pueblo nipón sufría hambrunas, desempleo y una carestía general de recursos. Para resolver estos problemas, Japón decidió invadir Manchuria. Con esta ofensiva, el país del sol naciente iniciaba su inevitable camino hacia la Segunda Guerra Mundial.

Primera causa
Japón era una nación pobre y sin recursos. Necesitaba más, así que decide invadir China.
Segunda causa
Las barreras existentes entre China, Estados Unidos y Japón se traducían en una economía nacional que se tambaleaba, así que Japón decide construir su propio imperio para abastecerse autárquicamente.
Tercera causa
Japón no tenía acceso a materias primas estratégicas como el carbón o el hierro. Tradicionalmente se habían importado de China.
Casus Belli
En 1931, Japón denuncia que China ha saboteado una propiedad de una empresa nipona: un tramo de Ferrocarril del Sur de Manchuria (en realidad se trató de una operación de falsa bandera similar al incendio premeditado del Reichstag en Alemania). Japón decide entonces invadir Manchuria y expulsa a las fuerzas chinas. En 1932 establece un gobierno marioneta, conocido como gobierno de Manchukuo, leal al ejército japonés. El gobierno de Japón ordena al ejército que se retire, pero no se acata la orden como se debe. China recurre entonces a la Sociedad de Naciones, pero debido a la influencia nipona en la organización no se llega nunca a ninguna resolución condenatoria ni reparadora.
Respuesta de la Sociedad de Naciones
La Sociedad de Naciones no hace nada hasta septiembre de 1932. Posteriormente, elabora un informe sobre el incidente de Manchuria y concluye que la conducta de Japón es contraria al derecho internacional y que tiene que devolverle a China los territorios anexionados. En 1933 Japón invade China de nuevo y abandona la Sociedad de Naciones. La organización internacional se ve incapaz de dar una respuesta: estaba más interesada en mantener unas mínimas relaciones con Japón que en agravar la situación aún más con la aplicación de sanciones.
Primera consecuencia
La Sociedad de Naciones se presenta ante el mundo como débil e ineficaz al dar excusas malas y al proyectar la idea de que no había frente común frente a agresiones injustificadas contra países miembros. China apenas recibe respaldo por parte de la Sociedad de Naciones.
Segunda consecuencia
Dado que ni Estados Unidos ni la Unión Soviética eran miembros de la Sociedad de Naciones, la capacidad de expulsar a los japoneses de Manchuria es nula y Japón prosigue con la ocupación.
Tercera consecuencia
Tanto Mussolini como Hitler, al ver cómo reacciona la Sociedad de Naciones ante este incidente, siguen el ejemplo nipón en Abisinia (Etiopía) y Checoslovaquia respectivamente. Seis años más tarde se desencadenaría la Segunda Guerra Mundial.

Póster de propaganda para fomentar la cooperación con los japoneses de la población de Manchuria. 

 La invasión italiana de Abisinia (Etiopía)
Primera causa
En 1896, las tropas italianas tratan de invadir Abisinia (Etiopía en la actualidad) pero son derrotadas por un ejército tribal mal equipado. Benito Mussolini busca la venganza de tan humillante derrota. La nueva Italia fascista no podía echar por tierra su orgullo patrio.
Segunda causa
Mussolini quiere apoderarse de las tierras fértiles y de la riqueza mineral de Abisinia.
Tercera causa
Mussolini busca la gloria y la conquista de los antiguos generales y conquistadores. Quiere devolverle a Italia la gloria del antiguo Imperio Romano.
Ofensiva
En octubre de 1935, el ejército del Duce inicia una invasión a gran escala de Abisinia. Los etíopes no pueden oponer resistencia al poderío del moderno ejército italiano, equipado con tanques, aviones y gases venenosos.
Respuesta de la Sociedad de Naciones
En los meses previos a la ofensiva, la Sociedad de Naciones había estado negociando con el dictador italiano. Hubo mucha charla pero pocos hechos concretos. Al final, la Sociedad de Naciones presenta un plan que le daría a Mussolini parte de Abisinia. El Duce lo rechaza. Tras la invasión italiana, la Sociedad de Naciones decide crear un comité para imponer sanciones. Por cada semana de demora en la aprobación de una resolución sancionadora, Mussolini hace un acopio cada vez mayor de materias primas. La Sociedad de Naciones termina prohibiendo la venta de armas, los préstamos y las exportaciones de caucho y metales a Italia. También se decreta un embargo. Ahora bien, se tardan dos meses por ejemplo en bloquear las exportaciones de petróleo a Italia.
Primera consecuencia
En Gran Bretaña, cerca de 30.000 mineros vien peligrar sus puestos de trabajo debido a la aprobación de la prohibición de exportar carbón a Italia.
Segunda consecuencia
La Sociedad de Naciones no hace gran cosa para pararle los pies a Italia y otros países como Alemania piensan que podrían invadir otros países siguiendo el ejemplo italiano.


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